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25/01/2021

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Olivia Fontanillo. EnCircular

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‘Closing the circle’. Zicla: Accessible, inclusive and friendly streets with a low environmental footprint

La economía circular está en la base del modelo de negocio de Zicla, que trabaja para diseñar y desarrollar soluciones para la movilidad en las ciudades con productos para cuya fabricación se aprovechan los residuos plásticos de post-consumo y post-industriales que las mismas ciudades generan. Los principales, separadores de carriles bici, jardineras y plataformas que mejoran la accesibilidad urbana, en general, y la accesibilidad en las paradas de bus, en particular. La empresa ha sido incluida en el ‘Top 10 de empresas referentes en la economía circular’ por el Instituto Coordenadas de Gobernanza y Economía Aplicada. Laura Garcés, periodista de ‘Las Provincias’, entrevistó al cofundador y co-managing director de Zicla, Alfredo Balmaceda, en el marco de la primera edición de ‘Economía EnCircular Open Week’.*

¿Cómo y por qué se puso en marcha Zicla?

Nacimos en el año 2005, haciendo economía circular, a pesar de que entonces aún no se llamaba de esta manera. En principio, pretendíamos reunir en un punto materiales y productos reciclados del sector de la construcción. Pero nos dimos cuenta de que era más interesante diseñar y hacer productos propios usando los residuos que las ciudades generan. En 2008, lanzamos el primero, el ‘separador cebra’, en Barcelona. Se trata de cerrar el círculo: los residuos que generan las ciudades pueden volver a las calles de las propias ciudades transformados en productos que solucionen problemas. Actualmente, la empresa tiene dos áreas: desarrollo de productos para las ciudades y consultoría para empresas que tienen residuos diversos y buscan soluciones circulares para ellas. Hasta ahora, hemos trabajado con más de 250 ciudades, incorporando separadores a más de 480 km de carril bici, hemos adaptado más de 500 paradas de autobús, contribuido a desviar de los vertederos unas 3.000 toneladas de residuos plásticos y a reducir más de 6.000 toneladas de emisiones de CO2.

Utilizáis material reciclado, pero, ¿los productos son, también, reciclables?

Sí. Trabajamos a partir del ecodiseño y una de las claves es que los productos sean reciclables. Nos centramos en residuos plásticos, con los que generamos soluciones para las ciudades. Si nuestros productos se recogieran al final de su vida útil, podríamos reintegrarlos en el proceso productivo. Ofrecemos este servicio en España. Si en un momento dado, un municipio decide que los productos que le suministramos han cumplido su vida útil y nos los lleva, los aceptaremos a coste 0 y se reintegrarán en el proceso industrial.

Se tiende a asociar la palabra diseño con la belleza, con el aspecto exterior. ¿Qué implica el ecodiseño para Zicla?

Para Zicla, el diseño es uno de los pilares. Trabajar con un diseño funcional, que cumpla con las condiciones de ecodiseño (desmaterialización, con menor huella ambiental y mejor manejo, con mayor seguridad para el operario) y contribuya a que la huella del producto al final de su vida útil sea la mínima posible. No es algo accesorio: de un buen diseño dependerá que se puedan fabricar correctamente y poder competir satisfactoriamente en el mercado. Todo esto es valor generado. La palabra diseño es mucho más amplia del significado que se le suele atribuir. Tenemos que diseñar la pieza, pero también el material con el que va a ser construida. La palabra diseño es transversal en nuestra empresa. Somos una pyme con once personas y tres son ingenieros en diseño. Hay una envolvente que tiene que ser atractiva, pero nuestros productos están en la calle, a ras del suelo y en contacto con el tráfico. Por ello, deben tener un comportamiento adecuado a esas condiciones, lo que requiere de un diseño de estructura interna, no solo la externa. Por ejemplo, separadores de carril bici, que segregan el tráfico motorizado de las bicicletas, o plataformas para mejorar la accesibilidad en las paradas de bus. En todo esto hay diseño, diseño y diseño.

¿Cómo se consigue dar esa nueva vida a los residuos?

Un residuo nuevo es una oportunidad, pero no significa que siempre lleguemos a un final feliz. Estamos siempre probando nuevos materiales, nuevos residuos. Se necesitan tres elementos para que una propuesta llegue a buen puerto. Primero, que tengamos ese material en cantidades suficientes y de forma estable en el tiempo, para poder transformarse en materia prima, y que dispongamos de una tecnología probada y en funcionamiento que permita hacerlo. Si tenemos estos dos elementos, el tercer punto es que el producto que podemos hacer sea competitivo, que el mercado lo acepte por calidad y precio. Si no se dan esas tres condiciones, no tenemos nada. Si se dan, será el mercado el que tire. En general, se habla más de economía circular de lo que se hace. En nuestro caso, desde el principio, por el material reciclado, hasta el final estamos imbuidos de los principios de la economía circular y el ecodiseño. Economía circular son muchas cosas; incluye vectores como el agua o la energía, pero hay que añadir el ecodiseño.

¿Existe un compromiso real de las Administraciones Públicas para implantar este tipo de soluciones o productos más sostenibles?

La realidad es que el cliente no siempre lo valora. Lamentablemente, en muchos ayuntamientos lo que sigue primando a la hora de tomar una decisión es el precio. Se tiende a ir a la solución más barata, sin hacer más preguntas. Es algo que tiene que cambiar en nuestra sociedad. La circularidad implica, también, cercanía. Producir con residuos locales y que vuelvan a las propias ciudades será el ideal, cerrar el círculo. Nos queda aún mucho por avanzar en la concienciación de que el precio no puede ser el que mande siempre. En algunos países, el gobierno incluso paga para que las empresas utilicen material reciclado, de residuos. Aquí no es así y es el mercado el que tira, con la demanda. Nosotros lo tenemos que comprar para fabricar. No creo que vaya a haber en España un cambio normativo en esa línea. Pero sí debería haberlo en los pliegos de compra de contratación pública, para incluir los criterios de economía circular y que elementos como el ecodiseño o el ecoetiquetado estén valorados. Incorporar criterios de compra verde, que ya existen en muchos ayuntamientos, aunque luego no se incorporen del todo. Hay mucho camino por recorrer. Los niños están mucho más concienciados que sus padres sobre los efectos de las cosas que hacemos sobre el entorno. Soy optimista en que las generaciones nuevas tienen una serie de chips que nosotros tuvimos que aprender en el camino.

¿En qué líneas estratégicas está trabajando Zicla?

Aplicamos una estrategia de mejora continua y de innovación. Hay todo un espacio de la ciudad, el del disfrute, del ocio, donde hay todo un universo nuevo por desarrollar, desde bancos a columpios. No solo elementos de tráfico o de seguridad. Es un campo de aplicación muchísimo más amplio y prometedor en el que esperamos crecer en los próximos años.

 

*La primera edición de ‘Economía EnCircular Open Week’ se celebró del 10 al 13 de noviembre de 2020, en Valencia. El encuentro, organizado por la Asociación de Diseñadores de la Comunitat Valenciana (ADCV), con apoyo de la Agencia Valenciana de la Innovación (AVI), reunió a expertos nacionales e internacionales y empresas que están integrando modelos de negocio, estrategias y soluciones basadas en la economía en circular. Puedes acceder a todas las presentaciones y entrevistas pinchando aquí. 

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