En 2020, la tasa de circularidad -porcentaje de recursos utilizados en procesos productivos que proceden de materiales reciclados o recuperados- alcanzó el 12,8% en la Unión Europea, según los datos de la oficina estadística, Eurostat. Esta tasa se sitúa 0,8 puntos por encima de la de un año antes y 4,5 puntos más que en el año 2004, el primero en el que se contabilizó, como parte de las políticas de seguimiento de la UE sobre la economía circular.
España se sitúa ligeramente por debajo de la media europea, con el 11,2%. En los últimos ejercicios, ha ido mejorando de forma progresiva, recuperándose de la tendencia negativa que registró entre 2010 y 20215, periodo en el que pasó del 10,4% al 7,5%.
Comparando el conjunto de países europeos, España se sitúa en puesto 11 de los 27 estados. En 2020, la tasa de circularidad más alta se alcanzó en los Países Bajos (con el 30,9%), seguida de Bélgica (el 23,0%) y Francia (el 22,2%). Los porcentajes más bajos corresponden a Rumanía (un 1,3%), Irlanda (un 1,8%) y Portugal (un 2,2%).
La mejora en la tasa de circularidad implica que se está reduciendo el impacto medioambiental de la extracción de materias primas.
A pesar de su positiva evolución, la tasa de circularidad de la Unión Europea es muy inferior a otros indicadores de circularidad, como los niveles de reciclaje, que se sitúan en torno al 55%. El informe de Eurostat detalla que esto se debe, en parte, «a que algunos tipos de materiales no pueden reciclarse: por ejemplo, los combustibles fósiles quemados para producir energía o la biomasa consumida como alimento o forraje».
Hacia una «transformación profunda»
Lograr una mayor tasa de circularidad «requiere una transformación más profunda dentro de nuestras sociedades, por ejemplo, sustituyendo los portadores de combustibles fósiles por energía renovable – energía hidráulica; mareas, olas y océanos; energía eólica; solar fotovoltaica; solar térmica y geotérmica, utilizando tecnologías de producción más eficientes o ampliando la vida útil de los productos», detalla el documento.
Al igual que las tasas de reciclaje, la tasa de circularidad muestra grandes diferencias por categoría de material. En 2020, la tasa de circularidad en la UE era del 25% para los minerales metálicos; del 16% para los minerales no metálicos (incluido el vidrio), del 10% para la biomasa (incluido el papel, la madera, los tejidos, etc.) y del 3% para los materiales energéticos fósiles (incluidos los plásticos y los combustibles fósiles).
«Los materiales de combustibles fósiles son menos adecuados para el reciclaje porque se utilizan, principalmente con fines energéticos, lo que implica que se transforman en emisiones a la atmósfera. Sin embargo, es posible avanzar mucho en el reciclaje de plásticos. La biomasa también es parcialmente inadecuada para el reciclaje -por ejemplo, los alimentos y el forraje o la madera para la energía-, pero es posible avanzar mediante la reducción de los residuos alimentarios, el reciclaje de tejidos naturales, etc.», señala el análisis de Eurostat.