«En lugar de doblegar la naturaleza para producir alimentos, los alimentos pueden diseñarse para que la naturaleza prospere» (Fundación Ellen MacArthur).
El sector de la alimentación es el principal impulsor de la pérdida de biodiversidad y responsable de un tercio de las emisiones de gases de efecto invernadero a nivel global. Pero «es posible un futuro en el que los alimentos positivos para la naturaleza estén disponibles a gran escala», y sean uno de los agentes que contribuya a «proteger la biodiversidad y luchar contra el cambio climático», según el informe ‘El gran rediseño de los alimentos: Regenerando la naturaleza con la economía circular’, de la Fundación Ellen MacArthur.
A partir de esta premisa, el estudio plantea trabajar conjuntamente, para avanzar hacia un sistema alimentario que sea «distribuido, diverso e inclusivo», con impactos positivos y beneficios para los consumidores, los actuales y futuros agricultores y las empresas de distribución.
Respecto a estas últimas, el documento apunta que, «muchos de sus actores forman parte del problema, pero, dado su tamaño e influencia, pueden y deben formar parte de la solución. Tienen una oportunidad única para realizar una contribución a gran escala y acelerar la creación de un sistema alimentario positivo».
Además, subraya la corresponsabilidad de los consumidores, que están jugando un papel clave en esta evolución hacia otros modelos alimentarios, con una creciente demanda de productos más sanos, ecológicos y sostenibles.
La organización advierte de que esta transformación del sistema alimentario llevará tiempo e inversión y tiene como pilar «el diseño circular de los alimentos». Este concepto, abarca desde el replantearse los productos a la selección, el proceso de envasado y el abastecimiento y logística.
Un factor clave es pasar de considerar los ingredientes individuales de forma aislada a comprender los ecosistemas más amplios a los que pertenecen. Esto significa diseñar junto a los agricultores, para garantizar que se tenga en cuenta la realidad de los sistemas agrícolas en evolución.
«Algunas empresas ya están reconociendo el papel del diseño de alimentos en la transformación positiva del sistema de alimentos. Por ejemplo, el desarrollo de carteras de productos para impulsar la biodiversidad cultivada es uno de los pilares del negocio dirigido por la iniciativa ‘One Planet Business for Biodiversity’. Pero, a lo largo de la industria alimentaria, el diseño de alimentos sigue siendo una oportunidad poco explorada, pero significativa, para aprovechar las nuevas oportunidades de crecimiento empresarial y crear productos que no solo sean nutritivos y sabrosos, sino que también ayuden a alcanzar los objetivos del clima y la biodiversidad», subraya el estudio.
Cinco acciones para diseñar ‘alimentos positivos’
El estudio de la Fundación Ellen MacArthur define cinco acciones que las empresas pueden llevar a cabo «para que los alimentos positivos para la naturaleza se vuelvan la norma»:
1. Crear planes de acción ambiciosos y con recursos suficientes para hacer realidad las carteras de productos positivos para la naturaleza.
2. Crear una nueva dinámica de colaboración con los agricultores.
3. Desarrollar productos icónicos para mostrar el potencial del diseño circular para los alimentos.
4. Utilizar métricas y definiciones comunes en entornos agrícolas.
5. Abogar por políticas que apoyen un sistema alimentario positivo para la naturaleza.
