Aunque el sistema alimentario actual ha sostenido a una población creciente y ha traído consigo el desarrollo económico, gran parte de él es esencialmente «lineal» y extractivo, sobre todo en los mercados más desarrollados. Es despilfarrador, contaminante y agotador, y es el principal impulsor de la pérdida de biodiversidad y responsable de un tercio de las emisiones mundiales de gases de efecto invernadero.
Este estudio examina el papel que pueden desempeñar las empresas de bienes de consumo rápido y los minoristas de alimentos para que avancemos hacia un sistema alimentario con importantes efectos positivos para las empresas, las personas y el medio ambiente. Explora las formas en que los productos alimentarios pueden diseñarse en estrecha colaboración con los agricultores, para la naturaleza. También investiga el papel crucial que desempeñan las políticas y los incentivos.