«El marco comunitario de la economía circular está cambiando el paso, desde una política fundamentalmente centrada en la gestión del residuo, a un nuevo enfoque de gestión de recursos, focalizado en la prevención y el ecodiseño de productos» Esta es una de las principales conclusiones del ‘IV Informe Cotec de Economía Circular’.
«Un informe especial del Tribunal de Cuentas Europeo de 2023 ha puesto de manifiesto que los Estados miembros en la primera fase de transición circular han invertido principalmente en la gestión de residuos, en detrimento del diseño circular o los procesos de producción sostenibles, a pesar de que el diseño de un producto determina alrededor del 80% de su impacto ambiental. No obstante, en una segunda fase, parece haber un cambio de tendencia, en cuanto que se está poniendo más énfasis en los aspectos sobre innovación de la economía circular en la programación del periodo 2021-2027, con el fin de dirigir la financiación de manera efectiva a inversiones centradas en el diseño circular de productos y procesos de producción», detalla el documento.
En este sentido, menciona, como ejemplo de este cambio, las propuestas de reglamentos de diseño de productos sostenibles en el mercado de la UE y de productos de la construcción».
Transición lenta y lejos de los objetivos
El informe de Cotec refleja que, «en general, el ritmo de progreso europeo hacia la transición circular es lento, aun considerando los mayores esfuerzos realizados en legislación, financiación, investigación y evaluación, que se han reforzado ampliamente desde 2020».
En el caso concreto de España, «los resultados obtenidos hasta el momento no apuntan buenas señales para cumplir los objetivos establecidos actualmente y a más largo plazo».
En el caso de las tasas de reciclaje de residuos municipales, que deberían haber alcanzado el 50% en 2020 para cumplir los objetivos europeos, «siguen estando muy por debajo de esta meta, el 37%, y son también muy inferiores a las tasas logradas por los países europeos situados en la vanguardia circular, lo cual presenta un panorama complicado para conseguir los nuevos objetivos de reciclado para 2025 y de residuos depositados en vertedero para el año 2035».
«Se observa que los planes circulares de las ciudades españolas se ciñen especialmente a la gestión de los residuos y el ciclo urbano del agua, aunque cada vez hay más ejemplos de urbes que van incorporando otras visiones como la promoción de la reutilización, la creación de clústeres público-privados para integrar a las empresas en aspectos como el ecodiseño o la reciclabilidad de los productos que fabrican y
comercializan, criterios de compra pública sostenible o espacios ciudadanos para el intercambio y la reparación», subraya.
Empoderando a los consumidores
La UE también pone el acento en los consumidores, con su propuesta de directivas sobre empoderamiento y capacitación. «Pretende combatir la extendida práctica del greenwashing o «blanqueo ecológico», garantizar la información a los consumidores sobre durabilidad y reparabilidad de los productos, o prohibir prácticas comerciales que trasladan información incompleta, vaga o no fiable a los consumidores», detalla el estudio.
Añade que «la propuesta de directiva sobre las «reclamaciones medioambientales» prevé igualmente medidas dirigidas a que los consumidores reciban información fiable, comparable y verificable. Con estas iniciativas se pretende implicar a los consumidores en la transición hacia una producción ecológica, proporcionándoles instrumentos prácticos para fomentar la venta de productos verdes o con verdaderas virtualidades de protección ambiental».
ACCESO al ‘IV Informe Cotec de Economía Circular’, completo, aquí.